TRISTE TROVADOR

DE PIE

DE PIE.

El viento azota y azota sobre mis ramas

las hojas las desgarra y arranca.

Me cuesta tanto resistir.

Y mis raíces se aferran con fuerza a la tierra,

un frio invade mi alma…

Mi tronco se mueve, se agita y calla

el cielo bufa como si me gritara,

me amenaza con sus quemante lanzas.

¡Que pare ya la tempestad! ¡Dios!!

¡parece que me abandonas!!,

mi voz la lluvia la apaga.

Pero soy un roble, soy un gran árbol

y sé que no es ni la primera ni la última de las tormentas.

Pero cuando pare de llover;

Tendré suficiente agua para retoñar y mis flores

sera alimento de insectos.

Mis semillas  en primavera preñaran la tierra y las praderas,

Veré crecer los ríos y los lagos en verano,

desojarme en otoño,

y que en invierno, el frio cubra mis ramas.

 Y así seguirá mi vida siempre… siempre de pie, así estaré,

hasta que la muerte de pie me alcance también…