Venga, por favor, siéntese a mi lado
le voy a hablar como lo haría
un hombre enamorado
de la muchacha más linda de su barrio.
Venga, caballero de armadura plata
de pocas palabras y de ojos gachos
de sonrisa y mirada discreta
de perfume de una vida entera.
Lo he visto caminando despacio, solitario
bajo una lluvia de esperanza interna
y con esa sonrisa que le delata
como quien espera que el amor lo vea.
Confírmeme que no es casado
que anda solo en la vida
pero que espera que alguien le diga
que desea compartir sus sueños y su compañía
para que las noches dejen de ser frías.
Sé que está nervioso al saber lo que le propongo
pero me gusta y quisiera conocerlo más que un poco
hablar algunos días, conocer de su vida y usted de la mía
y quizás después de un tiempo podríamos enamorarnos
y tener nuestro propio cielo.
Lo observo
siempre espera que el sol se duerma
sentado en su puerta frente a mí acera
y sigo cada uno de sus movimientos
adivinando, imaginando, cuales son sus pensamientos.
Le propongo; largas conversaciones, noches cálidas
música de amores, paseos en las alboradas
pero si le gusta dormir mucho
lo hacemos en las tardes, en la playa.
También podemos ir al cine, al teatro
a un concierto, a comer un helado
mientras nuestras manos se rozan
y nuestras almas el amor han ganado.
Si quiere conocerme un poco más
deme una señal, esa que le voy a indicar
cuando el gallo cante por tercer vez
asomado a su ventana lo quiero ver.
Entonces cuenta me daré
que se interesa por mí
y usted vera dibujarse en mis labios
una sonrisa que siempre mantendré.
O también puede escribir unos versos
donde diga que se interesa por mí
que le gustaría que se unieran nuestros centros…
no tema, le diré que sí
Discúlpeme, no le digo más
sepa que aquí hay una mujer que lo mira que lo piensa
queriendo cubrir su desnudez de alma y piel
porque ella lo necesita también.
Y que a su vez usted la ame con amor fiel
es todo lo que le pido
caballero de armadura plata
de surcos de tiempo
y perfume de vida.