Me gustaría creer que era el indicado para ti,
porque los astros conspiraron para que así sucediera,
pero siempre había algo que no encajaba,
algo raro, fastidioso, sin sentido…
Y era yo.
Yo, el que reía porque era divertido y cuyo sonido nunca te gustaba
Yo, el que caminaba contento y despreocupado pero que nunca te alcanzaba
Yo, el que bailaba al ritmo de la vida pero cuya música te molestaba
Finalmente yo, cuya imagen, porte y propósito simplemente no agradaba
Y tuve que parar en el camino para meditarlo,
lo más cruel fue comprender que tenías la razón
por seguir obsesionado y ciego a lo que dicta mi corazón
y dejar que volarás como debías, por no realizarlo
Al lado de alguien mil veces mejor que yo
¿Cómo pude estar tan ciego?
¿Cómo pude ser tan egoísta?
¿Por qué pretendí ser alguien que no era?
¿Por qué tuve reír con el sonido ridículo de mi risa?
Han pasado ya algunos años,
hice mejoras pero nada que merezcan ser reconocidas
a lo mejor ya no soy yo el inocente
fui un perro apaleado que ahora da mordidas
Voy cantando, bailando y riendo
sólo que es con una música discreta y descolorida,
voy inútilmente imaginando ser la solución a tu vida
pero me he encontrado con más como tú
lo que reafirma mi necedad de estar en un círculo prohibido
¿o es que acaso habrá círculos que veré de lejos,
y hacer de cuenta que no han existido?
¿Para qué, ángel malvado, me has en ellos introducido?
¿Para después dejar que cayera y en el acto perecido?
He de sobrevivir, mi cara de piedra que no te gusta
es el reflejo mismo de la evolución de mi raza
a todas las adversidades que ha sufrido…