Alexander Perdomo

Destierro

Estoy en la tierra de los olvidados

Donde los nombres jamás se pronuncian,

¡Dos monedas señor! ¡Dos monedas señor!

Grita tan fuerte en el silencio

Ese es el pago al barquero

Caronte solo extiende la mano

Cumple a diario su cometido,

Comienza el periplo

Su sombrío trabajo,

En lo profundo del Tártaro

Tanatos apaga otra candileja

Otra alma se ha marchado

Me encuentro al extremo del Estigia,

Aguardando mi turno,

Mi fin inevitable,

Diluirme en el tiempo,

En los recuerdos de alguien,

Por los siglos de los siglos.