Entre camino y sudor fui oliendo tu piel,
surgió un aroma exquisito a oscuro caramelo
impregnado en las esporas de mi lengua
sedientas de fuego caldearon las especias
que brotaron el sabor que nacía en tu boca.
De paseo por un árbol, vi moverse sus hojas
con un salobre vaivén, guitarra de tu canto
deambulaba sobre higos en frutos de sequía
a gotas impregnadas sobre el coro de tu cuerpo
y nadaron caricias con hambre de recuerdo.
De albores por mis pasos nació un día alegría
ronroneaba desnuda en fiestas de semilla
y gritaron los besos al tacto de tus ojos
en melodías de olivo fue un comino la vida
al manzano prohibido que sin prisa nos sedujo.