Santiago Miranda

Fuerte como el océano, débil como el alma*

 

 

Se propaga el espíritu de lo dado
Doble y despertenecido: único
En su faz ilimitable; luz
Sin retorno -en la imposibilidad
De ver/se/ver- se mueve
He visto -testifico- algo moverse
Funda2 en la oscuridad
Desconocida al conocimiento
Por medio de la geométrica razón
Irreconocible entonces ante el reflejo
Afilado en cada pensamiento y más
Herida abre en uno la ausencia
De la certeza de que uno es
Otro y otro es uno; doble y único
Lo mismo, más de lo mismo
Sin posibilidad de contrastarlo

Amante como el fuego, inmortal
Como el aire, obra
Del deseo impersonal
Cobra fuerza su motivo
Cada día significa
Lo imposible
De simbolizar, el nido
En el cual arropamos
Con la piel los días
No tienen fondo ni fin

Fuerte como el océano, débil como el alma
El fuego, amor-es el respiro por el cual somos
Consumidos a trastiempo, sin posibilidad
De constrastarlo, nos repetimos sin saberlo
Para luchar contra nosotros mismos
Oscuridad/luz declaración de falso positivo
Imposible de vernos de otro manera
Comprensión a medias, sentido
De vértices y espejos de estallidos
Ojos como cristales; armas
De-construcción masiva

¿Entendemos que mirarte
Es mirarme mientras te miro?

*S. Díaz