Alexandra L

Romance

Paseaba despreocupada por las calles de La Habana,
mínimo short  de mezclilla, fresca camiseta a rayas,
cabellos como azabaches bailan sobre las espaldas
morenas de tanto sol, el mar viaja en su mirada.

Perfumada de canela, jugosa boca de grana
menuda cintura estrecha y caderas de avalancha
pechos pequeños y firmes que van rompiendo miradas
risa donde resplandece pura dentadura blanca.

Es sencilla mariposa que cruza de plaza en plaza,
y llega con pie ligero a la alameda de Paula
siempre sueña en otro tiempo, otro tiempo que la extraña
allá en la loma del Ángel donde el amor navegaba.

                                    Era tiempo de calesas, de pasión y contradanza,                                                 
de habaneras que nacían entre sueños y añoranzas
mezcla de aguardiente y miel, corazón de ciguaraya
alma libre como el viento, indomable, solitaria.

Mas esa mañana estaba pactado tras las murallas
un encuentro inesperado, donde el amor le citaba
en unos ojos muy claros que se prendaron del alma
oro viejo sus cabellos en rizos sobre su cara.

Llego al oído su voz, acento que le acechaba
Y levanta mariposas encendiendo llamaradas
solo mira de soslayo por sobre el hombro, ese rostro
su piel tan blanca tan fina y sus ojos  de esmeralda.

Coinciden a un mismo tiempo bajo colorida carpa,
son artículos antiguos, viejos libros, sellos, cartas
pulseras de bellas cuentas, abalorios seductores, con una dudosa magia,
así se rozan las manos sin que medien las palabras.

Toman a la vez un libro, breve roce les abrasa
quedándose suspendidos cual si el tiempo no pasara
el piensa de dónde vienes, y se estremece su alma
ella se bebe de un trago el verde de su mirada.