alupego (Ángel L. Pérez)

EL CORAZÓN SE PARÓ

EL CORAZÓN SE PARÓ

En la esquina del mundo,
donde se gira el viento,
vive la voz sentida,
que señala los rumbos.
Los rumbos de la vida,
certeros y desnudos.

Los seres se prodigan,
con la inercia nacida,
de la pureza intacta.
La ardiente realidad,
la tibia fantasía.
Los pulsos de la vida,
en perfecta armonía.

La inocencia que rasca,
la conciencia dormida.
Unos leves susurros,
que alimentan la huida,
La emoción contenida,
entre nubes de ausencia.
La verdad sugerida,
entre las falsas yerta.

Tormentas en la memoria,
que arrebatan las razón.
Y en la otra dimensión,
unos ojos que te acechan.
Tiernas voces que te acunan,
o fuertes gritos que alertan.
Gráciles notas que saltan,
bailando como posesas.

La inmensidad de la calma.
La reflexión más profunda.
La idea que te arrebata,
resecando la garganta.
Y en la irisada penumbra,
la paz guardando la cama.
No frena el tiempo la vida,
muda la esencia que mana.

Temblores en las entrañas,
como brasas que crepitan.
Convulsiones desatadas,
en las pensadas marmitas.
Sacudidas que levantan,
las elaboradas vendas.
Terremotos de emociones,
que subyugan y atormentan.

La verdad se quedó sola,
nadando en la incontinencia.
En las pasiones ocultas,
abrazada a la conciencia.
Entre vapores de sueños,
rehenes de la inconsciencia.
La verdad quedó adherida,
a la sangre que la lleva.

Fina línea que separa,
el sueño de la vigilia.
Aromas de sensaciones,
embadurnando la vida.
El corazón se paró,
para dar la bienvenida.
A.L.
http://alupego.blogspot.es
01/07/2019