Hay besos que hablan por si solos. Besos acaramelados, endulzados, apasionados. Besos furtivos, envenenados, cansados, amargados. Besos despreciados, besos apostados, ganados, perdidos. Besos, rencorosos. Besos celosos, callados, sumisos. Besos que perdonan pero que no olvidan, que olvidan pero no perdonan, que no olvidan ni perdonan.
Besos que matan. Besos que gritan por atención. Besos educados. Besos que piden ser enterrados. Besos tormentosos, clandestinos. Besos pasados por agua, emocionados. Besos llorosos, endeudados, perdidos. Besos traicioneros y traicionados. Besos de piquito, de primera, de segunda y décima vez. Besos que se dan en la frente, en el corazón y en el alma.
Besos que se dan en el aire. Besos entrecortado, que necesitan aire y espacio. Besos inoportunos, robados, disparejos y indeseados. Besos que se están esperando. Besos que nunca llegan. Besos infelices. Besos que piden ir más allá. Besos que se dejan llevar. Besos que no miden las consecuencias. Besos con pretextos, con pretensiones. Besos con ansias, sin ganas.
Besos de amigos, de algo más que amigos. Besos de no se quien eres, de ya no sé ni qué somos. Besos que no quieren decir adiós. Besos legales, prometidos. Besos jurados. Besos cumplidos. Besos que quieren más y no saben como pedirlos. Besos de poetas. Besos maternales. Besos en poemas, con expresion. Besos sexuales. Besos que marcan territorios. Besos con gemidos....
Besos, tan solo besos.