kavanarudén

El poder de las palabras

 

 

El colibrí volaba contento, iba de flor en flor despreocupado.

Amaba su jardín, habían muchas flores preciosas y jugosas.

Se sentía contento haciendo su rutina diaria. 

Las flores eran sus amigas, al igual que las abejas.

Con todos ellos tenía una buena relación, los saludaba todas las mañanas deseándoles siempre lo mejor de lo mejor y, por supuesto, no faltaba su bendición.

De repente una saeta cruzó el aire y directo al corazón le llegó.

Se desplomó. El dolor de la ofensa lo traspasó.

Miró a quién tal acto realizó ¿Por qué? Se preguntó.

¿Qué fue lo que tal ira, en aquel amigo desató?

Como pudo alzó de nuevo el vuelo y en el horizonte, en silencioso vuelo desapareció.