RIMUZ

EL CAFÉ ES COMO EL AMOR



A Doris Mí Esposa En Su Apoyo Y Compañía

 

¿Cómo tomar la porcelana sin romperla si mi mano al verla, ante brumas de su mirar, tiembla?


Llamo a mi favor los soles que derriten las neblinas cuando en los cristales aún suenan campanas y un gorrión intenta la última palabra sin su canto ser escuchado, pues su voz la lluvia apaga, a la par del retumbar iluminado en la vastedad del horizonte que lleva a refugio a las perdices y a las golondrinas a huir al crecer de la tormenta.


La desolación del mundo llama al no existir del amor convertido en vanidad que a la misma vanidad estorba.


Los necios han hecho del mismo una cartuja destinada a ser un adorno en plastilina en los altares sacrílegos de Vaco lujurioso y Afrodita desnuda y dispuesta.


Los nuevos lo han confundido por mandato con alguna caricia ligera y extraviada una vez dada la exaltación de su deseo, al igual que viejos, en ignorancia lo han repudiado hasta la tumba.


De mi parte cuando hiervo en negación, me derrito buscando clemencia y me aferro a estos lazos de lianas, que la más mínima precariedad en cualquiera de ellos es capaz de enviarnos a la desesperación absoluta solo paleable en almas juntas.


A lugar que el vendaval pasa y una llovizna suave toma su lugar entre tanto llega el sol y es bienvenida nuestra sangre en signos de reposo.


Mi corazón retoma su ritmo acostumbrado de no más de cincuenta pulsaciones que tantas veces logró languidecer en un lento respirar borrando el deseo hasta llevarlo al límite donde la vida puede apagarse sin sentirlo y sin saber si esta es la puerta al nirvana.


Allí mi mano ya no tiembla y puedo tomar al amor cual la frágil porcelana donde he bebido mi café la mayor parte de mi vida en su acidez y sus múltiples aromas y sabores de nuestra geografía, donde se polemizan los cafetales de variada intensidad que irradian al viento sus fragancias triunfales para marcar la infusión del amor irradiando vida en cada alma cerca.

 


RIMUZ – CIBORG MR