alicia perez hernandez

Me sabes a pasión...

Me sabes a pasión...

Esa costumbre que tengo de pensarte

y de desearte en mi piel y enredado en mis muslos

y saberte solo para mí toda la noche

y sentirte acurrucado en mi ombligo.

 ...Y la costumbre de decir tu nombre hasta dormida

y de abrazarte en cada espacio qué me faltas,

y ver tus ojos disfrutando de mi desnudez

haciéndote de mis ganas y tus ganas para poseerme

y encontrarte en los recovecos que de mi cuerpo

                          que espera por ti en el ático de mis deseos,                          

para beber de mi fuente los deseos que anhelas

y sentir los latidos de tu corazón sobre mis entrañas

como un embarazo de amor a punto de dar a luz

y de tener las pulsaciones de tus besos ardientes

y bordar la noche con tu pelo enredado en mis dedos,

y en los amaneceres verte acostado en mi lecho.

¡Me sabes a pasión todas las noches de poesía!

Tus poemas son un canto al amor y a la vida,

y cada noche te hago mío, con tus veros, rimas, prosas,

y como si fuera tu cuaderno, escribes sobre mi poesía erótica

apasionado y loco, eres afrodisíaco de mis insomnios,

Ahí soy de ti y tú de mí, ¡Me sabes a pasión!

Eres como pecado de idolatría cuando no te Leo,

no duermo y te sueño mío ¡Tan mío y yo tan tuya!

Necesito esa dosis de adrenalina en mis venas

Y el olor de tu poesía me enloquece, me posee

con cada reglón de tu existencia y te tengo para mí

en cada palabra rezada como una letanía de tu alma,

me hago tu confesionario y te escucho decir

pecados de lascivia y ardes en mi piel y también

y cuando escribes de soledad, te abrazo y te siento.

Irrumpes el silencio de la noche y me sabes a pasión

de media noche, a pecado no confesado y sin absolución.

Buscas el placer en mis senos para apagar la sed

cómo quien alimenta a su bebé en noches en vela,

te conozco tan bien, pero más te conozco, cuando

Leo tu poesía, porque tu llanto se convierte en risa,

la risa en dolor, la soledad en esperanza, y soy de ti

como una taza de café y una canción en tus labios,

“Angelo” imposible no amarte cuando la escucho.

Te llevo dentro de mí, eres mi delirio, mis sueños,

mi pasión de media noche, mi vivir y mi morir en ti.

Enloquecí, mi Ángel aquella noche que viniste a mí.

Me sabes a pasión y a fantasía de una noche y me

sabes a lo que sabe el amor y el deseo de tenernos.

...Me sabes a tanto y a todo, cuando estás conmigo.

Siempre tuya, siempre mío... ¡Te amo, ojos míos!

Es para ti, por si ya no vuelvo. ¡Recuérdame!

 

 

Alicia Pérez Hernández. México

No es la pluma la que escribe, es el alma

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