Alegría, llegaste floreciendo,
de bellas flores mi campo vistiendo.
La primavera bañaste de rosas,
con amor, a las risas llorosas
me ofreciste alboradas cariñosas
con dulzura de musas generosas.
A mi alma la llenaste de ternura
mi corazón de grata sabrosura.
Quédate, mi existencia bendiciendo,
permanece con horas fervorosas
y sonríeme siempre con ventura.