ADANS BECMAN

EL LOCO QUE MIRABA EL ESCAPARATE...( Poema - Cuento. )

Pasaba cada día

y se paraba a mirar

siempre el mismo escaparate

pegando la nariz en el cristal

y sonreía mirando la belleza

y la escultura

de un maiquí que allí veía

y se había enamorado

de la cara tan bonita que tenía

¡ cuanto amor desperdiciado !

pero era mucha la ansiedad que sentía

pobre loco, era lo único que tenía en la vida

soñador y un poco poeta

aquella cara le decía

¡ pon un beso en mi frente !

y el pobre loco lloraba y reía

dejando empañado con su rostro

el amor hecho poesía

¡ pobre loco, como se divertía !

y es que la alegría cuesta poco

un patio de ilusiones vanas

sueños que el alma enfría

corazón de hombre y de chiquillo

que descubre la belleza de la vida

en la calle de los escaparates

esa calle que recorre todos los días

y cuando se mete en la cama

sueña con esa cara tan bonita

rosaledas de sol y sombra

donde galopan las fantasías

llenado el corazón de sosa

en la penumbra del día

vuelan blancas palomas

con alas de seda fina

mientras vive en los rincones

la honda melancolía

¡ ay, esos balcones del alma !

que nos roban la vida y la calma

horizontes azules

con el sol de mediodía

arrefíces y acantilados

en los mares de la vida

donde se despeña el corazón

y las palabras sueñan dormidas

¡ quien pudiera llamar

en esa puerta que está escondida !

donde vive la soledad

de las almas derretídas

¿ camina la locura por las aceras ?

si así es, yo estoy loco también

¡ bendita locura, que el corazón estrena !

el dueño del escaparate se asomó

¡ ven aquí chaval  !

¿ que es lo que miras ?

siempre pegado en el cristal

¡ perdone usted, contestó !

¡ la cara de esa \" mujer \" !

 ¡ de la que estoy enamorado yo !

el hombre entró en su tienda

y con el maniquí en las manos salío

¡ toma hombre, te lo regalo !

¡ llévatelo !

¡ por lo menos tendré límpio el cristal !

corría el pobre como un loco

abrazando a la \" mujer \"

besos y besos le daba

sin dejar de correr

¡ cualquiera lo pillaba !

¡ y reía y reía y cantaba !

y a su casa se la llevó

y la metió en su cama

¡que felicidad tenía su cara !

la abrazaba con cariño

y en la frente la besaba

llorando como un niño

¡ cualquiera se la robaba !

¡ hay que ver lo que cuesta la felicidad !

de aquel que no tiene nada

de tanto llorar y reír

está empapada la almohada...

Pasaba cada día

y se paraba a mirar

siempre el mismo escaparate

pegando la nariz sobre el cristal...

 

Dedicado con todo mi cariño

al amor y a la felicidad de los pobres...