Jesus Alejandro Reina

Papel

El papel me juzga,
la tinta se esparce sobre su lisa limpidez.
el papel me juzga,
me condena, me tilda...
Su tortuoso verbo me incrimina, me mancha.

El papel me libera ante las sombras
que como sinuosas culpas
de plomo y arena
transitan sin piedad mi cordura,
reptando con sedoso pesar.

El papel me llama al banquete del infierno,
sienta mis miedos a mi izquierda,
y los abismos a la derecha.

El papel me odia en silencio desde la mesa,
mientras los demonios dictan estos versos,
mientras mi alma solloza sobre la tinta.

El papel no tiene piedad, no termina...
Regurgita mis infamias al tiempo,
consume cada reloj,
cada último minuto de mis horas.

El papel me vence,
y parece el diabólico sabueso de lucifer
que me acecha desde las profundidades,
entre bramidos y sus vulcanicos ojos de Rubí.


El papel me refleja como espejo del ahora,
desconfía de mis bondades,
llama mis miedos internos a cenar,
mientras el vacío esconde inútil mi rostro.

El papel me crea,
¡todo soy de él...!
Borrascosas motas de olvido.

El papel me olvidará,
¡pronto! Déjame terminar la sangre del tintero.