El otro yo

Soltar

Te abrazo cada vez más distante,

mas hueca, más sola, más rota....

Y éstos dedos resorte ya no te traen 

de vuelta, se estiran sin fin, sin retorno.

Cada que te busco entre la multitud

las miradas acosan mis miedos infantiles

y el espejo me atrapa detrás del caos,

me encasilla en el cristal de la fragilidad

y me rompe de nuevo.

Tal vez esta fe ha desgarrado las manos

del tiempo y nos lastima,

tal vez esta vez hay que dejar que fluya,

florecerá esta manzana caída.