MANOLO TUA

EN LOS APAGONES

 

EN LOS APAGONES

 

He aprendido a ver la vida a través de la tenue luz de una vela

Que el valor de una luz, no se circunscribe a lo que materialmente representa

En fin he aprendido a valorar, lo que antes me resultaba insignificante

Que los valores son mejor apreciados, cuando se alejan y que a estos hay que lubricarlos, con el amor y el afecto, para impedir su oxidación

Que hay que abonarlos desde la familia, crisol donde se cuecen los verdaderos sentimientos

He aprendido, que el régimen actual, pasó de pésimo a nefasto

Que todo principio, tiene su fin, aunque  pretendamos torcer su rumbo

Los triunfos y los fracasos, son circunstancias de una carrera poliétapica

He aprendido a conducirme en la oscuridad, no con la destreza y habilidad de un ciego,

Pero si con la seguridad que brinda un bastón

Que el tiempo, no se detiene aunque el reloj pare sus manecillas

Y su relatividad, esté determinada por las circunstancias que lo enmarcan

Cuantas veces deseamos que pase rápido y sin embargo, parece detener su marcha

O deseamos que se detenga y miramos atónitos, su acelerado ritmo

He aprendido, que la experiencia no es otra cosa que la sumatoria de triunfos y derrotas

Y que a veces nos acostumbramos a vivir en escenarios que nos son adversos

Que no necesariamente, la calma está precedida por la tempestad

Que la desesperación, nos ofrece espectaculares ilusiones y crueles desengaños

Que los objetivos trazados, no se logran porque caprichosamente, los moldeemos

Que el tiempo de Dios es perfecto, y sus designios inmodificables

He aprendido, que el valor de la familia es el elixir que alimenta el aliento

Que la candidez de una mirada y la ternura de una caricia, horadan las angustias Y resquebrajan las tinieblas,

Porque aún en las penumbras enceguecen con sus resplandor.