Hana Ame

Tórrida Esquina

No supe ni su nombre

y la vi en aquel instante

Ella con  un sombrero

Y sus cabellos cual cascada.

 

Caían en sus hombros

Junto y despampanante

En su rostro se veía la injusticia

de un mundo ya sin vida,

 

Se la arrancó una perfidia.

Sin motivo yo solo iba,

y la escuché emotiva

Era linda, toda una alegría

 

Jamás me vio y lo sé

Tan solo voltea! eso pensé

La observé y en un instante...

Ay! De ese instante me enamoré.

 

La escucho ofertando el día,

y recuerdo su semblanza

Era un encargo para su falta,

que seguramente de ello dependía.

 

Su vida y la mía se hizo para no cruzarse

Pero aquel día solo la veía de modo hilarante

Desconociendo su vida estuve por diecisiete años

Ella aún vive y no encuentro ningún rastro

 

Hoy te extraño como mordida de abril.

Sin medidas para un falaz pastel

Ni un solo sabor me recuerda a usted

Y en ello me queda  la tórrida esquina febril.