Hoy te quiero aclamar en público María,
con la voz de mi poesía,
y un gozo inmenso en el alma...
Sin más pretensión
que una oración de intercesión
ante tu Hijo...el Señor de la misericordia.
¡Ay, Virgen pura!
que parte del mundo te venera,
ya que cómo tú no hay otra parecida.
Ante Dios medianera,
de todos los fieles que de tu gracia se llenan,
y con suma advocación te imploran.
¡Ay, Virgen protectora!
Que en esta historia de amor ininterrumpida,
eres la Reina de los hijos de Eva.
Señora de la paz, bendita nazarena,
Magníficat del alma,
rogad por nosotros, Madre mía.