Diego Nicolás García Contreras

Retraído a la expansión II (8)

Te diré que no te caigas en el barro mientras circundas los precipicios.

A veces estoy contraído, y no reparo en minuciosoidades tan grandes como las ideas que hilvano.
 

Cuando la lluvia abre agujeros en mi desconcierto, y permite a la paz entrar con sigilo,

cada día domingo, en toda ventana que encuentro sin abrir me pierdo.

Y otra vez soy cirujano cuando te converso; no dejo de aseverar cuando te conservo.

Siempre que sudo y siento, el aire en mis instintos, el cielo cobra valor de nuevo.

Nubes no se cuentan. Inviernos menos.
 

Hay tanto infinito en este hemisferio, tanto misterio escondido en una sola lata.

¡Y vaya! si no me quimero me desintegro.

Y si reboto, idealizo.

Pero soy carne, soy hueso, soy seso desvelado,

en eso que no quepo.

Soy duro, soy los dedos de mil teclas.

Soy el embudo perdido entre tantos celos.

Enemigo del diablo cuando no me tiene quieto, jugando sus juegos.

Tengo tiempo y me entretengo.
No miento, pero en esta expansión tan desaforada,y con mi completo esqueleto es imposible no querer ser playa y su musgo.

Y allí van otra vez, sentados, entregando su destino. 

Retraídos a la contracción de lo imperfecto;

Habiendo tantos mundos que explorar.