Una estrella fugaz he contemplado,
al viajar desde el cielo hasta la tierra,
en su estela dibujaba un pensamiento,
un deseo que yo le he pedido a ella.
A su paso iluminaba el firmamento,
con el fuego que su rastro iba dejando,
una vida que al final se irá apagando,
al traer ese mensaje hasta la tierra.
Una vez avistado ese momento,
he observado como todo terminaba,
esa estrella de la vista se perdía
y el deseo sin cumplirse se esfumaba.
Los deseos tan solo son ilusiones,
fantasías que la mente ha imaginado,
a veces unas se cumplen,
otras sin cumplir se habrán quedado.
J. Piñeiro