Desde el interior
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No termines tan pronto, espera un poco,
solo un poco, y quizá pueda lograr
que las dudas que esperan tras la puerta
no claven su puñal.
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No eches sal a la rosa que en ti crece,
dame tiempo y derecho a respirar,
que el perfume que brota en tus adentros
puede ser colosal.
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Quisiera se la aurora en tu ventana,
el calor que te llega al despertar,
la tibia luz rojiza del ocaso,
y tu sueño habitual.
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¡Oh!, madre, si pudieras escucharme,
no dejes la conciencia en alta mar,
que si alargas un poco esta aventura
puede ser colosal.
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No compares la muerte con la vida,
ni la ignores al poco de empezar,
despierta del letargo a la esperanza
y el amor crecerá.
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Si no dejas mi sangre en el recuerdo
y abres tu corazón de par en par,
se mezclaran abrazos y caricias
y todo cambiará.
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