Rafael Miranda

 Por amor a esto

 

No sé qué sea, ni si lo que tengo,

neurosis, baste para que enloquezca

la letra, y nunca falte, y no enmudezca

ante la muerte estridente que obtengo

 

cuando te desprecio. Así, sordo, vengo

a ti… ¡Qué eres! ¿Cómo haces que aparezca

vida y que, al instante, se desvanezca?

Mi esperanza: a la respuesta me abstengo.

 

Vaga mi verso en tu piel de capricho

y urgencia; y halla en tu alegría agonía,

y burla, y alivio… ¡Y eso que nunca he dicho!

 

Sin nada todo me das… Bajaría

al poeta del cielo y en el blanco nicho

con sangre escribiría: ¡poesía!