alupego (Ángel L. Pérez)

MADRE DE TODAS LAS MADRES

MADRE DE TODAS LAS MADRES

La Naturaleza habla.
Con voz propia se rebela.
A veces susurra el viento,
sus apasionadas quejas.
También brama en ocasiones,
cuando sus carnes laceran.
Un grito rompe la noche,
como una animal herido.
Sus entrañas se retuercen,
en lastimosos quejidos.

Tiembla la hoja en la rama,
y la cuerda en la garganta.
Vibra el músculo que aguanta,
a la tensión que le ataca.
Se tambalean los cuerpos,
cuando se agota la calma.
Se conmueven los instintos,
cuando el peligro amenaza.
Y en un perfecto equilibrio,
cruza en los vientos el águila.

Intrincados laberintos,
ahítos de encrucijadas.
Entretejidos estambres,
vibrando en la falsa calma.
Complicados jeroglíficos,
que desentrañan el aura.
Superfluos brotes de pánico,
en las cabezas airadas.
Enredados sentimientos,
entre deseos frenéticos,
ansiosos de devorarlas.
Insaciables pensamientos,
buscando honores y fama.

Esperpénticas razones,
sumidas en la ignorancia.
En escondidos rincones,
inconscientemente erráticas,
se ocultan las sensaciones,
que van y vienen sin pausa.
Sobriedades inseguras,
fingidas sin esperanza,
simuladamente sólidas,
plasmadas en añagazas.
Fantásticas libertades,
sobre cárceles montadas.
Manos mágicas que tiemblan,
cuando acarician el alma.
Y elaboras canciones,
que hacen vibrar las entrañas.

Grita la Tierra furiosa,
con voces de hierro y lava.
En sus fauces belicosas,
impregnadas de amenazas,
se derraman las esencias,
de sus preñadas entrañas.
Convulsas las contracciones,
de los vientres que liberan,
sus embravecidas aguas.
Los fuertes diques explotan,
desatándose con furia,
la hercúlea fuerza inhumana.

Madre de todas la madres,
que gesta toda la causas.
Artífice de las vidas,
que nacen, viven y acaban.
Madre siempre tolerante,
pero que a veces airada,
clama respeto a los seres,
paridos en sus entrañas.
Madre de todas las madres,
que sus riquezas regala.
Y generosa en sus dádivas,
con voz potente reclama,
los derechos que la amparan.
Madre de todas las madres,
que las vidas amamanta.

Tiembla la hoja en el viento,
como vibra el sentimiento,
en el corazón que ama.
A.L.
http://alupego.blogspot.es
17/05/2019