El extrano mundo de Amelia

A Lorca lo mataron.

Callar es ser cómplice,
significa que el fuego
no ilumina ni cobija.

Solo cuando se tiene miedo
perdemos la primer trinchera,
aquella que no se resigna.

Golpeados por no ser cobardes
nadie puede negar
el derecho a la verdad.

La memoria es nuestra,
no permite que dudemos
si a Lorca lo mataron…

Ellos tienen como única ley
sembrar el odio y el olvido,
nosotros la de seguir resistiendo.

Todo punto es de partida,
contra el paredón y el fusil
el lenguaje de las flores.