Emmanuel B.

Con el alma entre las muelas

Resulta que me dejaste abandonado igual que un mueble viejo. Me volví un asunto completamente pesado y decidiste dejarme, no te culpo, tienes una renta que pagar, una madre que atender, un amigo que escuchar, ¿A este loco para qué?.
Resulta que no fuimos a ese cine, a ese pastel, a ese café, resulta que nunca fuimos. Siempre intenté darte mi mejor versión, mi mejor ánimo, mi mejor apoyo y siempre quise compartirme contigo, pero resulta que no.
\"¿Para qué?\", \"mejor no\", \"hoy no puedo\". A pesar de que siempre me evadías yo trataba de darte la vuelta, como lo hace un niño intentando huir de los brazos de su tía para ir a jugar, pero tú siempre me supiste interceptar. Después de ese viaje de madrugada todo nuestro tiempo cambió. Perdón, pero, no sé que responder a una risa, lo sé, soy pésimo. Me dejaste muy claro lo que sucederá: te alejarás, yo sufriré y al poco tiempo no volveré, no volverás, nada volverá.