Diego Nicolás García Contreras

Nunca me importó tanto estar enamorado (8)

Enajenado.

La tristeza me anega.

Nunca vi frutos más dóciles; 

Dejaronse acariciar.

El amor dejó fósiles en tierra ajena.

Me miraste con cara de nada más importa, y yo te respondí sin importarme contigo.

Me miraste con ojos de presente, pasado y futuro.
Osadía en el espejo. Fiesta de besos.

Desnutridos de amor vivimos

Porque no dejamos al momento colarse en nuestras mangas.

Y el corazón en remojo. Como una bolsa de té aburrida en el olvido del enfriamiento.
 

Húmedos vivimos con la piel.

Vimos varios barcos pasar tras nuestros labios

Juntos, con los pies en la arena.
 

Ya nada importa;

Porque cuando creo entender el momento 

Me llama el ahora por teléfono con una pésima noticia.
 

Y debo escapar de la playa 

Calzar los zapatos llenos de arena 

Subirme al bus,y alejarme de ti junto al miedo.

Con el terror voráz de quien ve consumirse las horas encandiladas de cada reflejo arboreo.

De cada rueda que inventamos con nuestros cuerpos cuando vimos al mundo girar. 

Entre nuestras manos entrelazadas .


Choque de dientes
Choque de sonrisa 

Y allí estás 

Siempre tan mía como todo lo que no me pertenece.