Moliner Vallés

La mirada de la lluvia

Llueve, mis manos se mojan,

como tus ojos, como tus hombros enmudecidos gota a gota.

Te miro, me miras;

caemos en el juego.

Te giras y te toco el hombro húmedo, me acerco,

huelo tu pelo y tu piel;

sigue lloviendo, mis sienes tensas te han mirado.

 

Llueve, todo mojado;

mis ojos, tus ojos.

Son tus ojos flores de la tierra,

es por eso que te huelo, te observo libremente.

Te miro y veo el beso reflejándose en tus pupilas;

te he visto, lo sé.

 

\'\'Te he visto\'\', me digo siempre.

Sigue lloviendo y nosotros calados hasta las entrañas no nos movemos.

Fijos, inmutables como versos en el tiempo.

Hemos visto el Sol dolido, lo hemos ignorado,

y ahora caída la noche contra nuestros cuerpos

nos sentimos invencibles.

No sé quién eres y menos quién soy yo,

pero te he visto; me lo digo una y otra vez.

 

Te he visto de noche, te he besado,

he tornado mi vista al cielo y me ha parecido pequeño.

Todo oscuro, menos tú;

todo lluvia, como tú, empapándome;

todo claro como tus ojos, como tú.