Rodrigo A. Alvarenga

Día de las madres...

Pasé años intentando agradarte,

con cada decisión,

solo logré decepcionarte.

Con tus palabras

causaste en mí

un daño irreparable.

¿Qué te costaba amarme?

Como imbécil,

en veinteañeras salgo a buscarte;

exigiéndoles lo que no supiste darme…

 

¡Ojalá fuera esa mi amargura!

Pero no es esa,

sino que he caído sobre la misma tierra.

Al igual que vos,

soy una mierda;

manzana de tu árbol,

fruto de tus maltratos,

patrón que por cobarde no acabo.