Armando G.

Cura para un corazon herido

 

Si le brindo mi mano

es que quiero ser su amigo,

si le doy mi corazón,

es que mi amistad usted gano,

pero si al mirarla a los ojos,

siento que late mi corazón,

será que en usted he descubierto el amor.

 

La he esperado por horas,

con usted quería un encuentro hoy,

pero usted me ignora,

¿no deseas saber de mi?

 

Olvido mis palabras pasadas,

las promesas de vernos siempre

no recuerda que entre lagrimas me dijo,

estoy muy sola tus palabras duelen.

 

Anoche mientras dormía,

la traje a mi lecho,

le hice el amor,

la bese con desespero,

usted gritaba

mis caricias necesitaba,

usted sentía como la hacía mía,

usted con su piel retribuía,

usted mi nombre repetía.

 

La llamo,

no me escucha,

se esconde,

es sorda,

 

Olvida sus promesas de entonces,

no desea decir mi nombre,

es que hay alguien

que a usted más le importe,

fui solo charla de un día.

 

Sé que su lecho dueño tenia

pero jamás pensé que su corazón

a otro pertenecía,

no entendí cuando decía,

que alguien un día

la despertó de la apatía

que su matrimonio vivía,

 

Con palabras ardientes

despertó usted,

si alguien a usted entrega,

sus horas de amor perdido

no me escucha,

no puede,

su atención es para él,

he llegado tarde

he perdido.

 

Ahora me hablas,

me dices te he ofendido,

sangras por la herida causada

por mis verbos encendidos,

si me permites,

te cuidare,

te coseré con mis labios,

te daré puntadas de besos

para que no sangre tu corazón herido,

te cuidare con esmero,

te amare con delirio

y cuando sanes,

te quedaras,

vivirás para sentir mis latidos.