Leomaria Mendes

Pequeño y frágil...

No digas que la libertad no existe
No declares que la esperanza se ha desvanecido
No me mires a los ojos, con una sonrisa mentirosa
No cojas de mis manos, si no sientes mi tacto
No me abraces, con perfume de amargura
No desprecies la vida 
No dé por pérdida una lucha sin pelear
No me hagas transfusión de sangre sin vida
No desmenuces las cadenas, que atan los feos pensamientos 
No desmontes el baúl de fantasmas
No me separe de mis amigos invisibles
Si estás perdido, no me regales apaleos con el bastón que usas como guía
Si estas ciego, no niegues la existencia del arcoíris 
Si ya no sientes tu alma, busca tu espíritu
Si ya no escuchas tu espíritu, tu corazón seguirá engañándote
Si estas desengañado, no intentes cambiar mi ADN de fe, por insípidos glóbulos blancos 
No me engañaras con leucocitos sin objetivos
Células sin núcleos
Tejidos que no arropan
Como órganos suicidas que no colaboran, pero proyectan en ti, una oscuridad que te abrasa y contagia. 
Si pudieras atravesar toda tu armadura hecha a medida para no amar
Podría ver a ti y tú a mí.
La belleza ya no tendría motivos para esconderse de ti.

LeoMendes
imagen; Ernesto Cardenal