Enrique Obregon

Soneto Incipiente

Intranquilo el desvelo en mi mirada

busca las señales y los reflejos,

entre el ir y venir de los complejos

una incipiente razón encontrada.

 

En tu halo la humanidad pregonada

y el silencio mutado en confidencia,

a riesgo de una loca y desenfrenada

otredad ávida de tu querencia.

 

Si eres tú la serena paz y calma

si eres la ideal doctrina y templanza

si sólo soy el tonto de flaqueante alma

 

no me dejes perder la esperanza,

y llena pues con tu amor mi locura 

en virtud de tu ahora anegada mesura.