Verano Brisas

LIBERTAD

Palabra que nombra lo imposible

en el campo inestable de la vida,

enema inoculado, como tantos,

en el débil cerebro de los hombres.

 

Sin embargo, pensemos un instante

su realidad en esta tierra incauta,

para hablar de sus míticas bondades

cuando aparece, muy de tarde en tarde,

con su fardo de soles improbables.

 

No es la ofrenda de torpes asesinos

ni la señal de políticos tramposos,

mucho menos la dádiva sagrada

prometida por oscuros Vaticanos.

 

Va cubierto su rostro de crespones

cuyos extremos levantamos ávidos

con la mano que da el conocimiento

en el arte, la ciencia y la cultura,

como exótico dios de la esperanza.

 

O ese otro gran engaño delirante

que propicia soñar con los abismos,

los desiertos, las cumbres y los mares,

el beso humedecido en nuestros labios

y el amor que persigue desbocado

lo que sobra después de la matanza.