Armando Cano

LENTA PASA LA VIDA.

 

 

 

La vida pasa lenta, muy lenta

cuando te veo en la ventana de la casa

leyendo, pintando, tarareando una canción.

 

A tus ojos pasa lenta la vida

no hay prisa, todo es armonía.

Es quietud, tranquilidad y medio día.

 

Esa paz que aquí se respira, princesa mía,

es producto de los años de concordia y melodía,

de experiencias, de miserias y fracasos en la vida.

 

La vida pasa muy lenta cuando con una taza de café

platicamos este día: de los sueños no alcanzados,

de las cosas que hicimos, de los viajes realizados.

 

Que lenta pasa la vida, saboreada, comprendida.

Suave, quieta, enamorada; tibio bálsamo en la herida

que nos cura y nos conforta tantas y tantas mentiras.

 

De sandalias te veo pasar lentamente la vida,

apurando un cigarrillo, leyendo una poesía,

cargando dos o tres cosas. Preparando la comida.

 

Veo pasar lenta, frágil, la vida, por los linderos de la casa,

en los kioscos de revistas, en tus grandes ojos negros,

en tu piel y en tus caricias.

 

 

 

 

© Armando Cano.