Me siento sumergido en el tiempo,
encima de él, adentro,
será que no te he visto
queriéndome, sonriendo,
a un costado y me siento ajeno.
Intento pensar en otra cosa,
sacudir la cabeza,
apresurar mis pasos,
transformarme en otro
distinto al que ocupaba tu cama,
pero nada, porque continuas aquí
mi niña amada.
Recuerdo aquella mano,
y el aroma de tu cuerpo sobre el mío
debimos ir despacio
para volverme loco y poseído.
Eres como la vida escrita en un libro
sabes lo que haces,
lo que dices, lo que tienes
y a dejar de leerte me resisto.
Mi cariño,
tu no lo sabes
pero será que no te he visto
queriéndome, sonriendo,
que el pájaro que vuela
me cuenta que regresas al amor mío,
y enloquezco, me emociono,
porque le he creído.
Mi niña amada,
será que no te he visto,
que si demoras,
pongo a mi alma en sacrificio
que si demoras,
desde la muerte te busco y te arribo.
Parece que estoy durmiendo
y mi cama es de tierra,
que tengo el cuerpo herido
pesado, como un cajón lleno de miseria
(en serio te lo digo)
¡amada mía, regresa!