Sami Härkönen

The Honeymoon I

Mirando el cielo

pensaba que las estrellas me comprendían,

que me abrazaban dentro de la oscuridad

con ilusión sin fronteras,

que entendían el lamento de un ente oscuro,

pero me di cuenta del lugar en que estaba,

y la lejanía que existe entre una mortal y el cosmos.

Mirando el cielo

solia encontrar el refugio de mi alma,

en lo profundo del azul nocturno

la luna me decía:

\"Mira niñita que vives en la desdicha

de querer vivir en tinieblas\",

y yo solo corría a abrazarla

llorando entre surcos de perfume y miel

sintiendo la cálida luz de la luna en mi piel,

y ella sollozando de amable expresión

sonreía en medio de mi desdén emocional.

Mirando el cielo

veía estrellas fugaces correr 

en busca de la lagrima eterna

que hay en nuestra alma,

venus sonreía mirando y decía:

\"cuidado niños, que por no mirar, te puedes caer\"

y yo, solo queriendo jugar con los cometas,

me caí no una si no muchas veces,

porque la porfía es mayor cuando

lo prohibido se revela en indicios del destino.

Mirando el cielo,

descubrí que a veces

lo que parece lejano suele no serlo (o no del todo),

cuando sentada en los confines de la tierra pensé:

\"aunque me haya caído, puedo y algún día volveré a donde pertenecía\"

con sentimiento triste de emoción

me dije mil mentiras en la verdad de la noche

mientras el brillo de las estrellas que miraban aquella escena

disfrutaban del jubilo en su espacio sideral.

Mirando al cielo

me di cuenta que nunca nadie me entendío

y que solo melodías expresadas en el aire

eran lo único que me podían entender del todo

y como yo ciertamente quería,

en ese momento llegó el pequeño Plutón,

tomó mi mano y dijo con voz de niño pequeño:

\"No te desanimes niñita ojos de agua,

que el rio pasa y tus ojos se volverán como brillos

iluminando todo a tu paso, niñita, no llores más\".

Mirando al cielo

tuve una remembranza,

fue curioso que al caer de tanta altura

sentí que me sumergía en un lago,

profundo como la oscuridad

del que no podia escapar y me dije:

\"si no puedes nadar Angie, tienes que adaptarte\"

- quizá fue algo ilogico de pensar en la desesperación -

y caí,

caí rendida ante de adaptarme.

Cuando desperté,

el viejo que estaba sentado en la banca

al fondo del lago me dijo sabias palabras:

\"niña, deja de pensar o el lago donde estamos se hará

cada vez mas grande con cada lamento\",

yo incredula, solo lo miré,

me levanté y fuí a buscar una salida.

Estaba en lo profundo,

sola y hundida en mi propio averno,

y no encontraba salida alguna,

como si el destino quisiese que estuviera sola,

en la miseria de mis días.

Miré al cielo

buscando esperanza

pero no la hayé o no tuve la suficiente fé,

miré al cielo

buscando compasión

pero no estaba ahí si no en otro lugar

y perdí la ilusión,

la fuerza para vivir en este maldito lugar,

sé que soy débil, pero la ira me llena el corazón,

la desesperación toma carácter...

me es realmente difícil pensar así,

con tanto pesar,

con tanto malestar por vivir.

 

END CHAPTER I.