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Y sin embargo no puedo más. Me supera la situación. Ya no es que la acepte o no. Ya no es cuestión de eso. Es ahogarte en vida pues nada se puede hacer y todo inexorablemente va a ir a peor. Es la cruda realidad y aunque creía que estaba preparada porque yo más que nadie debo estarlo, en realidad no lo estoy. Y de ahí mi malestar pero no ya por la persona que está mal, que también, sino por mi que me sobrepasa. Por que la demencia lo absorbe todo, convierte todo en un agujero que lo absorbe todo, incluso a las personas. Y lo cierto es que a mi ya me ha absorbido. Me ha absorbido la impotencia, la frustacion, y hasta el mal humor me ha absorbido. Pues mi vida ya no es mía, es de la demencia,de la demencia de quien la padece y que ni se entera de que nos absorbe a los demás. Y es que todo se trastoca, ya no se hacen planes ni se planifica nada de nada...y lo que más duele es que te cambia la vida por completo. A fecha de hoy mi tabla de salvación es mi trabajo al que estoy deseando volver pues estos días se los comió ella, la puta demencia.
He cambiado, y por mi cabeza pasan tantas cosas, pensamientos, sentimientos contrariedades, culpabilidades que sé que nunca más volveré a ser la misma, simplemente porque lo sé. He llegado al límite que pensé que no tenía. Sí lo tengo y ni soy tan fuerte como pensaba,ni mi paciencia es tanta y mi dosis de egoísmo es más alta de lo que yo creía .Con todo ello, y aceptando todo esto como una realidad, lo cierto es que me duele todo, cuerpo, mente y alma. Solo querría estar sola, no escuchar voces ni nada que pudieran captar mis oídos, sola en mi casa, con mis perros y con un libro. Y así estoy, y así sigo... Más perdida que el que tiene la enfermedad...