Julio Noel

De los álamos las jubilosas copas liban

De los álamos las jubilosas copas liban

de oro la postrera irradiación de la tarde,

flameadas nubes decoran el cerúleo cielo

inflamando el ocaso con su ígneo celaje.

La tétrica y alargada sombra de la noche

sus brazos extiende por el apacible valle,

de la fronda apagando la mirada coqueta

en los bruñidos cristales.

Con la lúgubre túnica de la noche oscura

ha irrumpido el silencio en el frondoso follaje

y solamente se oyen en la lejana espesura

tristes y apagados ayes.

El aura ha roto sus alas y sus dulces sueños

ya no mecen las dóciles ramas de los árboles,

a través del oscuro silencio de la noche

sólo oigo amargas quejas que se las lleva el aire.