Se marcha el sol al poniente
nubes doradas bostezan
las añoranzas empiezan
helado limbo se siente.
Con la tarde pereciente
cae el crepúsculo tierno,
en el horizonte alterno
con un seductor romance
alma y corazón en trance:
Amantes de amor eterno.
Noche cálida serena
refugio de mil amores
los pesares y dolores
acuna cual nazarena.
Absolución que aserena,
naciente sol con promesa
ilusión y amor que besa,
la vida alegre florece;
alma mía que la mece
amor puro que no lesa.