Sebastian Yuerdeng

De María

Sedúceme con tus labios,

con las flores de tus manos,

con pétalos, tus mejillas,

tu perfume, los geranios.

 

Con tu voz de mujer perfecta;

abrázame contra tu pecho,

miraré a tus ojos, mi Reina,

como las flores en tu lecho,

como perdido, sin encuentro

 

Por nuestras apagadas mañanas,

por nuestra víspera pergeñada;

perfume sobre lirios nocturnos

que acaricia el ingrato momento;

baila, llana la estatua del tiempo,

un tierno arrinconado recuerdo.

 

De María, pasado es el tiempo

y amor mío, nunca yo te olvido,

y pido, sólo que me mires

delante tu espejo, derruido

 

Como yo he sentido,

en mis sueños,

como cada momento,

desde el comienzo