Lore Cruz

MILAGRO DE AMOR

¡Bendita boca, bendita!
La que besa aún en la tormenta,
la que exhala promesas sin sabor a sal,
bendita la lengua vaciada de mentiras,
lengua que alarga la vida,
lengua que es el paraíso en medio de esta guerra
que suele a veces ser la vida.

¡Benditas las manos, benditas!
Las que no hacen herida al espíritu,
las que firman juramentos sin
llevar a la soledad.
Benditos los dedos que cuentan
las pecas de un cuerpo,
como astillas extraviadas en un cielo.

¡Benditos los ojos, benditos!
Que suelen ser un cristal puro, celeste,
que al colarse en otra pupila
destellan tranquilidad,
arropan con su calidez
y llevan a la gloria
de la cual no quieres despertar.

¡Bendita la vida, bendita!
De aquel que se cruce con aquella otra vida
que ha esperado para florecer
como cual orquídea
que pierde una y otra vez sus hojas,
y con paciencia su espiga y su capullo
le hacen diáfana la estancia hasta la primavera.

¡Bendito sea el segundo crucemos nuestras vidas!

Lore Cruz
Madrigal de Luna
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Colombia