Barón de Bescour

Razón y verdad

En las tardes de frío invierno que apenan el alma, y la tientan con desvelos y furias extrañas,

te imploro a tí, razón mía, para que me ilumines en este trance.

 

Razón,

Razón que ilumina a los hombres desde las alturas.

Razón que es fármaco de los justos de espíritu.

Razón todos empuñan, en la certeza de la claridad,

y del sentido común.

Razón que es la piedra de toque de la razón misma.

Razón: santo y seña de la espada del justiciero

que nada turba...

Razón que conforta a ufanos que carecen de decisión.

 

Mas, abro los ojos y grito. La mano al cielo, el rostro al suelo.

 

¡Razón que ni es razón ni es nada,

porque la razón no es la verdad!