lazaro sosa cruz

¿CUÁNDO UN POETA NO ES POETA?

Interrogamos de manera cruel al

pasado para obtener la

respuesta que nos urge de

un futuro del que dudamos

en sus maneras, no para volver

a él con la dudosa contemplación

o para devolver formas ya

abolidas sino para que

nos enseñe y nos muestre

cuáles son los métodos

con que se engaña y defrauda

el presente y así de

esta manera impedirlo.

 

El poeta, en su pensamiento, del que gusta mostrar y presumir no puede arriesgarse a mentir aún sin pretenderlo; todo se sabe, en principio porque las carencias siempre quedan a la vista. El poeta, el falso poeta o escritor, cree saber copiar e incluso plagiar, pero ignora que cuando no lo hace, cuando no copia, no plagia, lo que escribe no concuerda ni en el estilo ni las maneras que cuando lo hace, no lo sabe y por ello se muestra ufano y hasta ególatra. Se nota a la hora de argumentar sobre lo que lee, la mayoría de las veces nada, Terminar un poema es un esfuerzo difícil y a la vez inútil, lo es porque un poema no se termina nunca de escribir y es así porque las personas que escribimos necesitamos de fechas ciertas para en ellas meter todo lo que hay en el pensamiento, en el alma, la mayoría de las veces cuando cerramos un poema descubrimos que apenas nada de lo que sentíamos quedó dentro, la mayoría fuera.

Un poeta que requiere del pensamiento, solo del pensamiento, para departir un poema no es poeta, es alguien que escribe poemas, pero no es un poeta; menos lo es cuando alguien le comparte observaciones con las que no está de acuerdo y muestra públicamente su rechazo.

Lázaro.