AntonBeltrán

Abisal

Lo primero que me ataca es el estómago
se me revuelve y me comienzan a dar náuseas
no lo puedo evitar, la respiración se me agita
y me pongo ansioso. Es el no poder controlar
es el no poder decidir, 
comienza el juego de repartir sentimientos y
esconderse para no perderse,
el hecho de volver a tocar el fondo abisal de mi rojo y blanco
y retomar el bucle eterno de izquierda a derecha,
me hace perder la mirada en el verde agua,
reencontrarme con mis estatuas que se deshacen bajo el mar
alargando el punto suspensivo...