Un poema muy especial con motivo de su reciente tercer cumpleaños (A MI SOBRINA, pertenece al poemario \"la luz de la crisálida\" publicado recientemente a través de amazón)
Amarrada a su muñeca,
a la \"queca\",
la niña de rizos de oro
sueña.
Sueña con la lluvia y el viento,
el cielo y las estrellas.
Sueña con un mundo irreal.
Despierta poco sabe de ello,
dormida solo del mundo mágico.
Y yo la creo.
Creo en la fantasía y su verdad,
no en la veleidad de la utopía.
No en la distopia y su marginalidad.
Cierto, cierto que es trágico
saber que al crecer
todo se distorsionará.
Parado el tiempo,
ya pasará.
Ahora poco o nada la altera
en el altar de cuna
donde es la luna quien la vela.
Ahora es un presente
que no se va de nuestra mente.
Porque ahora ella es espuela
de un techo infinito,
la eterna caricia de la inocencia
en una ciencia de finiquito.
Porque ella es sobrina, pero tesoro;
tesoro al que a bien adoro
como regalo de vida que es.
Pues es, simplemente, lo que ves:
el espejo de lo que un día acaso tú fuiste.