Aprovecha el Día; no te Fíes del Mañana;
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Pues seremos tan solo un montón de recuerdos
donde acaso florezca en primavera un verso,
el polvo del olvido sobre la fría lápida
que el rocío bañará a falta de otras lágrimas.
Un día, una tarde, pasan como la brisa
y el tiempo ira borrando nuestro nombre sin prisa
alma que le cantaba a las noches de luna
hoy luciérnaga ciega perdida entre la bruma.
Hay una paz extrema en el campo sagrado
en los ojos dormidos, en los labios cerrados
en el leve crujir de huesos gastados
que la lluvia y el sol dejaron calcinados.
Hace tiempo marchó la vanidad, el brillo,
que golpeaba la piel cual cincel y martillo
la cruda realidad entro por nuestra puerta
y se instalo de lleno, vaciando la despensa.
Ahora todo ha alcanzado su verdadero precio
cuánto vale el rencor, la ira, o el despecho,
el orgullo mal sano, esa envidia golosa
que tragó sin parar nuestras horas hermosas.
Vive así; sin dudar, que se escapa la vida,
y no puedes parar la carrera emprendida
disfruta cada hora, el aliento en tu boca
la luz en la mirada, el cantar de las olas.
Porque a la vuelta aguarda el viaje hacia el jamás
con firme itinerario y un horario puntual
y abordaras su carro estés triste o feliz,
concluyendo el dolor o el placer de vivir.