El DIOS JUVENIL

MONTE DE VENUS

 

Nunca abandones mi cara de lisiado
mi alma fue perturbada por el turbio rio de mi imaginación pornográfica
culparé a las hormonas
y saltaré el alambrado.
Las chicas,
quiero hablar de las chicas;
las chicas son criaturas representables en pinturas del renacimiento
todas las que conozco son acaudaladas y jamás se fijarían en mí
yo soy feo-sucio-triste-pobre-perverso y borracho
y navego en un planeta que no es mio
me equivoqué al nacer,
denunciaré a mi madre por eso.
Nunca abandones
mi sexo
yo, con ese cuerpito juvenil y de nena que descubre su cuerpo
me haría un festín con lo peor de mí
sería tan sucio...
Lamería tu ano tan frenéticamente que te quedarías sin él
hasta quedar como un monte liso sin margaritas y sin abedules
es una lástima que te gusten todos esos chicos comunes.
Te haría tanto sexo oral que te irritaría
esa vagina tan púdica
tan rosita
tan inocente
en pleno descubrimiento sensorial
suave... depilada...
imagino el paraíso...
nada de paz,
pura perversión y drogas duras.