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CELOS LOCOS

Todos tenemos celos de alguna manera.

Yo también tengo celos,

aunque no lo parezca,

porque son celos silentes,

son celos absurdos

son celos locos.

 

Tengo celos de la lluvia que te moja  de repente;

celos de la calle que tus pasos caminan;

celos del viento que tus ropas levanta;

celos de la imagen que reflejas en el espejo,

porque  verte y no tocarte

es lo peor de todo.

 

Tengo celos de todo lo que toque tu cuerpo:

celos del sol que mira tu cuerpo en la playa;

celos de las aguas que al nadar abrazas,

y de las olas que te abrazan y te besan;

celos del las notas que te adormecen en un concierto;

celos de los libros que tocan tus manos,

celos de la ropa que esconde tu cuerpo.

 

Es un celo desafiante,

un celo que provoca,

un celo sin límites,

celos de las viejas fotos que muestran

lo que entonces fuimos,

dejando entrever lo que hoy no somos.

 

Sí, son celos sin fronteras,

celos del tiempo que todo se lleva,

celos hasta de la sombra que te persigue cuando te alejas,

celos de todo,

celos de los terribles momentos de ausencia,

celos de la cama en que descansas cada día,

celos hasta de mí mismo,

cuando estamos solos.

             Frank Calle (31/marzo/2019)

Todos tenemos celos de alguna manera. Yo también tengo celos, aunque no lo parezca, porque son celos silentes, son celos absurdos
son celos locos.   Tengo celos de la lluvia que te moja  de repente; celos de la calle que tus pasos caminan; celos del viento que tus ropas levanta; celos de la imagen que reflejas en el espejo, porque  verte y no tocarte es lo peor de todo.
  Tengo celos de todo lo que toque tu cuerpo: celos del sol que mira tu cuerpo en la playa; celo de las aguas que al nadar abrazas,
y de las olas que te abrazan y te besan; celos del las notas que te adormecen en un concierto; celos de los libros que tocan tus manos, celos de la ropa que esconde tu cuerpo.   Es un celo desafiante, un celo que provoca, un celo sin límites, celos de las viejas fotos que muestran lo que entonces fuimos, dejando entrever lo que hoy no somos.   Sí, son celos sin fronteras, celos del tiempo que todo se lleva, celos hasta de la sombra que te persigue cuando te alejas, celos de todo, celos de los terribles momentos de ausencia, celos de la cama en que descansas cada día, celos hasta de mí mismo, cuando estamos solos.