Armando Cano

ME CAUTIVA.

 

Me cautiva todo lo que hay en ti, en tus años,
tu alma, tu risa, tus besos.
Tus pequeños hombros, tus uñas y lágrimas,
tus menudos huesos,
el suave olor que hay siempre en tu piel
y el color vaporoso de tus cabellos.
Tus diminutos tobillos contrastan
con tus dilatados pechos.
Tu pequeña estatura no logra rebasar mis celos,
mis ansias, ni el temblor que hay en mis dedos.
El latido de tu corazón confunde tus suspiros;
hay prosa, poesía, amor, cuando te miro.
La primera vez que pronunciaste: te quiero,
sonó como campanada en madrugada,
ha sido violenta ola chocando entre las rocas
que destrozó mi frágil, menuda, resistencia.
Ha vuelto hoy esa esencia, ese aroma inherente a la sal,
que nubla mis sentidos, debilita, y,
me lleva a naufragar al estar entre tus brazos,
y mi alma desorientada y aun débil se apresura a
recoger mi corazón hecho pedazos,
para recomponerlo, sanarlo y ofrecerlo nuevamente,
cual Penélope, a tus palpitantes labios.

 

© Armando Cano.