Gabriela Fernández O

A ti...

Tus pecas que por poco me matan,
son el delirio en tus hombros
que como luvia cae para
anunciar la tempestad.
¡Absurda inocencia!
¡Absurda latencia!
¿Quién le explica a la conciencia?
Que los besos no se prestan
y de la memoria son presos.
Más lo vale el recuerdo
que aunque no te tengo tangible,
siempre en mi mente, vivo, indeleble.